Hoy son poco más de 500 kilómetros de ciclovías los que tiene Lima, incluyendo las temporales inauguradas por el alcalde Muñoz a propósito del Día Mundial de la Bicicleta, celebrado el 3 de junio, y que a partir de esta semana, se convirtió también en día nacional por obra y gracia del, que reglamenta la ley que promueve su uso como transporte sostenible.
Hasta ahí todo pinta bien. Se destrabó la cadena y por fin la bici se echará a andar de tú a tú con sus pares motorizados. Lo que no pudieron años de campañas de grupos de cleteros, de marcas comerciales y visionarios burócratas, lo ha logrado el bicho que nos tiene a mal traer.
La pandemia ha corrido el velo de los ojos gubernamentales –desde la casa de Pizarro, pasando por la de Ribera El Viejo y terminando en la alcaldía más modesta- y ha colocado a la bici como la alternativa más saludable, sostenible y menos propensa a la expansión del coronavirus frente a tanta combi asesina y taxi colectivo.
Así como lo ambiental fue trending topic y la moda verde nos hizo ser “sosteniblemente responsables”, pues la bici es el vehículo ideal para estos nuevos tiempos covidianos
Razones para pedalear hay muchas. Desde las que solo se explican en la libertad de sentir el aire en el rostro, hasta las medibles: para evitar el tráfico (54,3 %), ambientalmente amigable (33,2 %), libertad de movimiento (42,8 %) y ahorro de presupuesto (31,8 %), según una encuesta de Actibícimo del 2017.
En comunicación existe algo llamado sentido de la oportunidad. No está escrito, pero es intuitivo. Significa abrir los ojos, mirar a tu alrededor, informarte de la realidad que te rodea y descubrir las oportunidades. Esto, que puede resultar obvio, ha sido como una tortuga coja para algunas marcas y/o empresas que no han visto a la bici como una gran oportunidad.
Ese espacio ha sido cubierto por grupos ciudadanos, que autoorganizados, la han peleado con punche, huérfanos de apoyo gubernamental o privado, para darle a la bici su real dimensión.
Hoy se ha logrado y se abre un gran espacio de comunicación. Así como lo ambiental fue trending topic y la moda verde nos hizo ser “sosteniblemente responsables”, pues la bici es el vehículo ideal para estos nuevos tiempos covidianos, si es que vale el término.
Estoy ansioso de ver campañas comunicativas, publicitarias y educativas. Ya me imagino a las marcas cleteras diseñando promociones y ofertas para toda esa masa necesitada de un manubrio, un armazón y dos ruedas. Por ahí, hasta Michelle Alexander –siempre tan lectora de la realidad- se anima y nos regala “Chapa tu bici, la teleserie”.
Sueño, además, con el regreso de las bicis de antaño y, quién dice, de un modelo único y muy peruano de bici popular, algo así como el Escarabajo de dos ruedas.
Si no entendiste de qué iban estas letras, la oportunidad de conectar tu marca con temas de interés se te acaba de escurrir de las manos. O, para estar a tono, se te fue la bici.