Para el público, esta virtualización ha traído nuevas formas de consumo cultural en términos de desigualdad, inclusión y cercanía. A pesar de que la cultura es un derecho, aún no ha sido posible garantizarlo para toda la ciudadanía. Es así que el poco acceso a internet es un problema para el acceso a actividades culturales en este contexto. Al inicio de la pandemia, según el INEI, sólo el 40.1 % de los hogares peruanos contaba con acceso a internet en sus hogares.
Ventajas y desventajas de la virtualización
El arte y la cultura son claves para el desarrollo, por eso se abre la pregunta: ¿cómo influye la accesibilidad a la red en nuestro país? Más ahora que no sólo afecta desde un punto de vista cultural sino que forma parte de la cotidianeidad. Si a la variable de la accesibilidad le sumamos el acceso a la cultura de personas con discapacidad, el reto se hace aún mayor. Es importante no perder de vista las desventajas que supone la virtualidad para ir imaginando soluciones para garantizar el acceso al arte y la cultura.
Por otro lado, esta ha permitido también incluir nuevas audiencias como los públicos de otras regiones peruanas que no hubieran accedido a obras de teatro, conciertos o museos de no ser por el contexto actual. Esto debido a que la mayoría de actividades culturales aún están concentradas en Lima, la capital. Aunque la virtualidad puede ofrecer infinitas posibilidades para innovar y algunas ventajas, la cercanía es algo de lo que adolece. Aquí hay otro reto más.
Es momento de trabajar estrategias integradas de actividades virtuales y presenciales para poder maximizar la incidencia de la cultura.
Con todo, la virtualidad va a continuar siendo una extensión tangible de nuestro día a día. Por lo tanto, es momento de trabajar estrategias integradas de actividades virtuales y presenciales para poder maximizar la incidencia de la cultura en diversos públicos según sus contextos y posibilidades. Además, debemos aprovechar para ahondar en cómo abrir la cultura a los espacios públicos o a espacios inimaginados fuera de las instituciones.
Otro reto es estudiar en profundidad a los públicos culturales: quiénes son, qué buscan, qué consumen, cuánto están dispuestos a pagar por cultura y todo lo que nos permita conocer al detalle a las personas a las que nos vamos a dirigir así como a las potenciales audiencias a las que se podría llegar.
Algunos estudios sobre el consumo cultural durante la pandemia
En la región, la Universidad Nacional Autónoma de México diseñó la Encuesta Nacional sobre Hábitos y Consumo Cultural 2020 que tuvo como uno de sus objetivos conocer el impacto de la pandemia en las formas de participación del sector cultural. La encuesta de la UNAM tiene entre sus hallazgos más relevantes que la pandemia ha derrumbado el consumo cultural tradicional. Se han desplazado los teatros, museos y conciertos por ver cine y cortometrajes, acceder a tutoriales, escuchar pódcasts sobre arte y cultura, tomar cursos y ver transmisiones de conciertos de música popular.
Colombia también ha presentado los resultados de su encuesta de consumo cultural 2020 como parte del programa estatal “Estadísticas políticas y culturales”, que se realiza desde el 2006 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística. De la encuesta se concluye que ver conciertos y obras de teatro, apreciar exposiciones y demás actividades culturales pasaron a ser actividades de la casa, a través del computador, el celular o la tableta. Además, las actividades culturales con mayor porcentaje de práctica fueron ver vídeos y leer libros.
En Perú, aún no se publica ninguna encuesta de este tipo con referencia al consumo cultural del 2020. En cultura se cuenta con escasa data aunque el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú publicó el “Estudio sobre Consumo Cultural en Lima Metropolitana y el Callao – 2019” en el que hacen un comparativo de la información recolectada entre 2009 y 2019.
Finalmente…
Este artículo busca ser un punto de partida para pensar sobre el vínculo entre los públicos, el acceso y consumo de las industrias culturales en nuestro país. La virtualidad ha traído muchas posibilidades como las nuevas audiencias. Sin embargo, también ha reforzado muchas problemáticas afianzas en el sector cultural que tienen que ver con el acceso a la misma así como la falta de sistematización de información. Definitivamente, las cosas no van a cambiar de un día a otro pero mientras se siga debatiendo al respecto y tomando acción con soluciones desde el estado, las instituciones privadas y la sociedad civil, el futuro podrá ser lo que soñamos como un acceso real a la cultura para todos.