El cine como lo conocemos ahora ha cambiado mucho en los últimos años a raíz de la globalización y los nuevos medios digitales. En este cambio, muchas producciones optan por herramientas de realización mucho más económicas como son las cámaras digitales y también por plataformas de distribución por streaming tales como Netflix, Amazon Prime o hasta Youtube y Vimeo. Sin embargo, con la llegada de la pandemia y la nueva normalidad, todo se ha visto paralizado de manera abrupta y esto ha hecho que muchas productoras, realizadoras y grandes casas cinematográficas se vean en la obligación de replantearse todas sus etapas de trabajo.
Durante la cuarentena, las producciones cinematográficas en el mundo han quedado estancadas, pero con el levantamiento de las medidas estrictas de inmovilización se han ido reactivando poco a poco estas actividades tras aplicar los protocolos sanitarios y de prevención para todos los involucrados. Las mascarillas y los protectores faciales son utensilios primordiales en grabaciones y la producción tiene que contemplar algún lugar de desinfección para todo aquel que se integre al equipo, así como los debidos distanciamientos de 1 a 2 metros como mínimo en todo el equipo. Así se ha puesto en marcha, por ejemplo, el rodaje de la quinta temporada de La casa de papel.
El regreso del cine como se conocía parece ser incierto y es probable que no vuelva a ser igual.
Los grandes estudios que tenían planeado sus estrenos en los meses de mayo y junio son conscientes de que, aún si el virus estuviera bajo control, la audiencia estaría muy reacia a ir en forma masiva a ver cine como solía hacerlo antes de la pandemia. Es así que estrenos muy esperados como el de Mulan, Wonder Woman o James Bond, por decir algunos, se han tenido que reprogramar para el 2021-2022.
Solo en el Perú se han registrado pérdidas de hasta 51 millones de dólares, con unos 10 000 trabajadores afectados. El regreso del cine como se conocía parece ser incierto y es probable que no vuelva a ser igual. En muchas partes del mundo se ha optado por quitar butacas, reducir el aforo a menos del 50 % para cumplir con las medidas de distanciamiento. Otra solución por la que han optado las franquicias de cine es regresar a los entrañables autocines, los cuales cuentan con protocolos mucho más seguros y dinámicas de funcionamiento respecto a las salas convencional en estos tiempos. De todos modos, su desventaja es que no es un servicio asequible a todos, sino solo a personas con movilidad particular.
Internet siempre ha sido una plataforma de distribución directa y efectiva para cualquier tipo de negocio y últimamente ha sido mucho mejor valorada. Unos pocos estrenos, por ejemplo, se han trasladado a plataformas de internet. Tal fue el caso de Trolls II, que llegó a recaudar 100 millones de dólares con su estreno en streaming. Son muchas las plataformas digitales para la distribución de cine y, con la coyuntura, cada vez son más los que apuntan a estrenos virtuales. Retina latina, Cineaparte y Cinepata son algunas de las mejores plataformas de difusión de cine latinoamericano de índole comercial e independiente, trabajan con montos de alquiler por película desde los 5 soles y tienen también muchos cortometrajes gratuitos.
En cuanto a producciones de películas grandes como pueden ser las de Hollywood, se encuentran las conocidas Netflix, Amazon Prime, Disney Plus y HBO, que cuentan pagos mensuales por suscripción. En Estados Unidos se vienen desarrollando nuevas propuestas como Quibi, que son proyectos cinematográficos de corta duración (entre 10 a 15 minutos) pero de un estándar de calidad del nivel de Hollywood. Se espera que la plataforma llegue a Latinoamérica a finales de este año o a principios del próximo.
En general, el futuro para el cine es incierto, y mientras dure la pandemia las producciones seguirán reestructurando sus procesos por el bien de sus proyectos. Sin embargo, los movimientos que ha hecho la industria para adaptarse dicen mucho de su flexibilidad y capacidad de reinvención frente a la crisis, lo que nos da una visión más optimista de lo que puede venir en un futuro.