Siendo la comunicación política el proceso que envuelve discurso, mensaje y acciones hacia un objetivo definido -en este caso, lograr una victoria presidencial-, la actual campaña por la segunda vuelta electoral de las Elecciones generales de Perú de 2021 carece de todos los elementos por los cuales los teóricos de la comunicación se han quemado las pestañas.
Hace unas semanas, en los días previos de la primera vuelta, hablábamos de 4 factores claves a tener en cuenta en la comunicación política, y que a nuestro juicio casi ninguno de los 20 aspirantes al sillón de Pizarro estaba observando.
En ese entonces, en este mismo espacio intentamos evaluar la performance de los “presidenciables” según lo que la teoría manda. A la luz de los resultados, podríamos decir que ni Keiko Fujimori ni Pedro Castillo leyeron la columna.
La actual segunda vuelta es, nos guste o no, histórica por varios motivos. Es la elección del Bicentenario, primera vez que tuvimos 20 candidatos, los porcentajes de quienes pasaron al balotaje fueron ínfimos, y para rematar, a falta de propuestas serias, somos espectadores de un gran circo donde cada declaración de uno y otro bando es más risible que el otro.
El reino del absurdo
Asistimos a un festival de memes, videos, retos y absurdos que desafían la paciencia y el entendimiento de los votantes. Que si nos vamos a Chota, a Challapalca, que no, que mejor a Santa Mónica, que tráigame usted a sus padres, que esto no es duelo, ni un bautizo. Entonces, mejor ya no debato. Errores y desaciertos a montones.
Todo ello salpicado de firmas de proclamas en un set de televisión, de hashtags en las redes y de un apoyo mediático impresionante nunca visto en la historia peruana. Mejor dicho, sí visto, en los 90´s en dos ocasiones: Fredemo vs Cambio 90, y luego, a partir del 92, tras el golpe y el inicio del fujimorato.
Para los estudiantes de comunicación y quienes nos movemos en este mundo, esta segunda vuelta es un buen ejercicio para poner sobre la mesa las herramientas a las que estábamos acostumbrados. En el Perú de hoy, donde nada está dicho -parafraseando a nuestro amigo Jaime Chincha- la comunicación política, con sus teorías, objetivos y procesos, languidece ante esa subcategoría chicha, criollona y burlesca con la que estos dos candidatos pretenden salir vencedores el próximo 6 de junio.
A nosotros, en tanto, que el Dios de cada uno nos coja confesados.